Se trata de un edificio con una configuración especial, debido, por una parte, a la cesión de un paso peatonal en planta baja que comunica la calle Orzán con la calle Cordelería. Esta ordenanza, obliga a una serie de compromisos en el resto de edificio, relativos a bajantes, canalizaciones, estructura y distribuciones. Por ejemplo la peculiar solución de las escaleras en dos tramos, viene motivada por esta cuestión y el cumplimiento de la norma contra incendios DB-SI. 

El sexto y el bajo cubierta, conforman dos duplex. Éstos se resuelven dentro del contorno de la envolvente máxima prevista en el PEPRI. Las distribuciones interiores buscan las mejores condiciones de iluminación posibles. Las fachadas se resuelven mediante cuerpos volados de galerías, con una modulación apaisada, que busca contrarrestar la mayor altura del edificio, frente a lo común de la zona.

La planta quinta tiene una configuración especial, debido a la servidumbre de luces respecto al colindante, lo que obliga a generar un pequeño patio anexo al de las plantas inferiores.